Una necesidad es algo indispensable en tu vida. Sin embargo, tener un celular de una marca exclusiva es deseo.
Tu salud financiera no depende de cuánto ganas sino de cómo gastas y administras tu dinero. Por eso es clave que tengas claro cuánto y en qué gastas, cuáles son tus gastos fijos y cuáles son variables.
Al momento de gastar es importante tener un equilibrio entre la razón y la emoción. Identifica si ese gasto está influido por la emoción del momento o si es una decisión pensada con cabeza fría. Controlar las emociones requiere práctica y tiempo, pero una vez lo domines podrás mejorar tus gastos.
Gastos básicos o vitales: Son aquellos gastos imprescindibles para ti. Todos tenemos este tipo de gastos y dependen del estilo de vida de cada uno. Por ejemplo: vivienda, alimentación, transporte, internet, entre otros. Identificarlos te ayudará a priorizarlos a la hora de recortar gastos.
Gastos secundarios o no vitales: Estos gastos no son vitales dentro de tu estilo de vida. Podrías reducirlos, cambiarlos o eliminarlos.
Los gastos hormiga son tan pequeños que no parecieran afectar tu bolsillo, pero no te confíes, pueden ser los culpables de que al final del mes no te alcance el dinero.